Un promedio de 50 hurtos de cantidades que van desde 20, 30 ó 50 hasta casi mil pesos se dan a diario en comercios establecidos en el Centro Histórico de Toluca. En el mejor de los casos se llevan artículos y, bueno, pues todo quedó en eso. Hasta que se haga el inventario es cuando brincará el faltante…Pero ahora, por lo menos este alado, descubrió una nueva forma de cómo actúan los malandros. Resulta que entran a un establecimiento varias personas sin conexión aparente y hasta podrían pasar como una linda familia de tres o cuatro integrantes, pero “nel” ya llevan todo planeado. Empieza la preguntadera de precios y muéstrame ese producto, y ahora ese otro y también el de más allá y mientras las empleadas andan como “canicas en caja vacía”, aquellos se dan vuelo guardando esto acá y esto más acá y esto otro más allá; todo fácil de esconder…Una vez seleccionados dos o tres artículos pasan al siguiente capítulo que es presionar, atosigar confundir a quien cobra, ya sabes “tengo prisa, ya perdí mucho tiempo, el niño está llorando”. Todo el grupo en bola. Unos exigen les cobre, otros piden información, otros cambio y así llega el momento culminante. “Oiga le pague con un billete de 500 pesos y me da cambio de uno de 200”. “Cheque es el último billete que metió en la caja”. Si el tono no es convincente. Entra el apoyo. “Es cierto yo vi cuando le dio el billete y hasta cómo lo guardo”. Neta que sangre fría y forma de insistir. Armaron toda una fiesta, niño de brazos llorando a grito pelón, marido, pareja o lo que fuera, amenazando con hacer un mega pancho. Otra señora (podría ser la comadre) haciendo una relatoría puntual de los hechos y jurando que no era la primera vez que una cosa de esas sucedía en el establecimiento. Está bien dijo la persona que mandaba en ese comercio, voy a llamar a la patrulla porque nos iremos a la Comisaría o al MP, para solucionar este tema. No, nosotros no estamos para perder más tiempo, pero lo juro por todos los Santos jamás regreso a comprar algo…Cierro pico. Shalom.