Se puede tener el corazón limpio, la mente dispuesta y la manos listas para ponerse en acción.
Sin embargo, al final del día así como Nelson Mandela demostró al salir de la cárcel que 27 años pueden no ser nada frente a la razón, la coherencia y la fuerza que le dieron no sólo el éxito político, sino la razón histórica a su causa y a su pueblo; igualmente se puede decir que una política mal ejecutada con un gran presupuesto puede ser la tumba hasta del propio Jesucristo.
En este momento se contabilizan en miles los cargos de confianza que existen en el gobierno del Estado de México.
Todo en el Edomex es diferente. Todo en el Edomex es distinto, en el sentido de la forma tan particular que tienen los mexiquenses de entender la vida y de interrelacionarse entre ellos y con el resto del país.
Por eso el presupuesto de ese estado que para este año asciende a un poco más de 260 mil millones de pesos, tiene la estructura administrativa más compleja que cualquier otra entidad.
En ese sentido, si el próximo 4 de junio Morena gana su problema no será la razón, la verdad o la lucha contra la mafia, el problema será saber administrar al estado con el mayor número de habitantes del país en medio de un fracaso en temas tan importantes como la seguridad, la pobreza y la violencia de género.
Si ganan, lo que puede estar en peligro es que no habrá nadie dentro de Morena que resista la tentación de ir con ese presupuesto por un cargo coyuntural dentro del gobierno del Estado de México.
Pero además –repito– en política no basta con tener la razón, sino que también hay que saber que en estos tiempos que corren –tiempos en los que Donald Trump no duda en amenazar a su exdirector del FBI, James Comey, a quien él mismo despidió– nuestra seguridad, nuestra vida, nuestros aviones, nuestra agua y nuestra luz están en manos de unos hackers que nos recuerdan una y otra vez que ya no hay nada que conservar.
Pese a este panorama sí hay un aspecto que en cualquier caso y bajo cualquier régimen seguirá funcionando, y eso es nuestra voz como pueblo con la que seguiremos pidiendo si no milagros, sí eficiencia en el servicio público.
Y ahora el problema no es vivir con lo que parecía imposible, es decir, ganar las elecciones a la gubernatura del Edomex, el problema es que una vez que se ganen, ¿cómo evitarán que la dirigencia del Estado de México no termine convirtiéndose en la tumba operativa de Morena?