Antonio Navalon
Durante años hemos estado jugando con la idea de que si México es o no un Estado fallido. Los distintos gobiernos lo han negado, al menos cuando llegan al poder, porque cuando están en la oposición es un término con el que no dejan de llenarse la boca.
Hoy Mara Castilla nos grita, desafortunadamente desde el más allá, que somos un país fallido.
Y de mi parte, en lugar de ser una más de las millones de voces que se suman al dolor de esta tragedia, me hubiera gustado haber sido capaz de formar parte de algún movimiento que pudiera evitarla.
No hay que olvidar que todos venimos de una madre y que tanto ella como nuestras hermanas, nuestras novias, nuestras esposas y nuestras hijas ya llevan el nombre de Mara Castilla.
Y ahora este juego diabólico que nos ha convertido en un país perdido que no sabe cómo cuidarlas y salvarlas, es algo que me llena de perturbación.
No quiero sacar ventaja de esta situación como muchos lo hicieron con las tragedias de Chiapas y Oaxaca, pero lo que sí quiero es manifestar que con desgracias como ésta pierde usted, pierdo yo y perdemos todos los mexicanos.
Perdimos desde el fatídico momento en el que Mara no bajó de aquel auto, ya que desde ahí todos sabíamos que ella no aparecería. Y es que, lamentablemente en nuestro país ya hemos asumido que en situaciones así primero te violan, después te humillan y finalmente te matan.
Esta vez hay asesino detenido. Y esta vez el gobernador de Puebla y su fiscal han salido para buscar justicia. Sin embargo, esta vez es una ocasión más en la que todas las Maras Castilla que están muriendo día a día en todo el país, nos dicen a gritos que somos un país fallido.
Porque si no recordamos que en México el insulto que más duele es la mentada de madre, si no recordamos que culturalmente estamos hechos desde la guadalupana en adelante bajo el patrón de que no podría haber padres, pero siempre habrá una madre; entonces estamos olvidando el origen de la vida.
No quiero hacer política, ni siquiera pretendo hacer opinión, porque lo que quiero es hacer sociedad.
Y es conveniente saber que en cada uno de nosotros no sólo un soldado te dio, como dice el Himno Nacional, sino que además hay que hacer frente a ese enemigo que somos nosotros mismos, para darnos fuerza y evitar tres situaciones alarmantes.
Primero, que la muerte sea gratis. Segundo, que la muerte atente contra el origen de la vida. Y tercero, que el feminicidio deje de ser una estadística, una declaración y la creación de una institución inútil, para que se enfrente como el problema que nos llena de tanto dolor e indignación.
Sí, somos un país fallido.
@antonio_navalon
País fallido
Antonio Navalon Durante años hemos estado jugando con la idea de que si México es o no un Estado fallido. Los distintos gobiernos lo han negado, al menos cuando llegan al poder, porque cuando están en la oposición es un término con el que no dejan de llenarse la boca. Hoy Mara Castilla nos grita, desafortunadamente desde el más allá, que somos […]
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