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¿Por qué es importante que gobierne una mujer el Estado de México?

Aldo Muñoz 

El hecho de que por primera vez el Estado de México vaya a tener una mujer como gobernadora, no sólo debe leerse como resultado de una acción afirmativa dictada por las autoridades electorales, sino como la oportunidad para cambiar la gestión pública que se hace desde el gobierno estatal hacia las mujeres. Son tres temas […]


El hecho de que por primera vez el Estado de México vaya a tener una mujer como gobernadora, no sólo debe leerse como resultado de una acción afirmativa dictada por las autoridades electorales, sino como la oportunidad para cambiar la gestión pública que se hace desde el gobierno estatal hacia las mujeres. Son tres temas clave donde la próxima gobernadora tendría su mayor desafío: 1) combate frontal a los feminicidios, 2) corrección de las políticas para prevenir y sancionar la violencia doméstica, y 3) revisión de los programas sociales hacia las mujeres para que se orienten con un enfoque de género.

Con respecto al primer punto, es de hacer notar que el Estado de México es la entidad federativa con más feminicidios. No queda claro qué ha dejado de hacer la autoridad, pero sí hay evidencias de que los ministerios públicos no siempre aceptan catalogar las denuncias como feminicidio “para no afectar la estadística”. Más aún, si las denuncias tienen éxito, muchos jueces y juezas pueden recatalogar el delito denunciado por razones de “interpretación jurídica” y con ello, atenuar las penas para los presuntos culpables si es que los detienen y los sentencian. Sin duda, la futura gobernadora tendrá más sensibilidad para atender esta compleja problemática, entre otras cosas, porque entenderá mejor a las mujeres de lo que lo hacen los varones que actualmente gobiernan.

En el caso de la violencia doméstica contra las mujeres, también se advierte que los ministerios públicos tienen criterios particularistas para atender las denuncias. Rechazan iniciar las carpetas de investigación “para no dividir a las “familias”, para no agudizar los conflictos intrafamiliares o para no afectar la estadística. Más allá de los endebles argumentos, el resultado es la impunidad para los agresores y en buena medida, una licencia para continuar con sus tropelías. Con toda seguridad, la próxima gobernadora no tendrá ningún problema en atender de forma frontal este flagelo que afecta principalmente a adolescentes y niñas. De la pronta resolución de este problema, depende el pleno desarrollo de las futuras generaciones.

Con respecto al tema de los programas sociales, el programa principal que opera actualmente, que es el Salario Rosa, se puede señalar que es importante y necesario que cientos de miles de mujeres de bajos ingresos reciban algún ingreso, sobre todo, porque muchas de ellas son las principales proveedoras de sus hogares, o bien son madres solteras. Sin embargo, este programa tiene un énfasis clientelar. Desde que se empezó a entregar, los medios no han dejado de denunciar que muchas de las beneficiarias son obligadas a participar en acciones de proselitismo electoral y que se les insiste en que deben mostrar disciplina hacia sus interlocutores o interlocutoras cuando las requieren en alguna actividad, generalmente, de tipo partidista. Asimismo, se les repite a estas mujeres que si quieren conservar el beneficio, deben asistir a todos los eventos que se les convoca. Sin duda alguna, la próxima gobernadora entenderá que los programas sociales que se entreguen a las mujeres, sobre todo, será para ayudarles a salir de la marginación y no para manipular su voluntad.

Aldo Muñoz Armenta

Doctor en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx)