Todos los países del mundo necesitan héroes. Y nosotros los mexicanos, después de la Revolución de 1910, también hemos tenido nuestros propios héroes. Y a pesar de que la historia ha dejado de manifiesto que tenemos la mala costumbre de asesinarlos, siempre los hemos necesitado.
En ese contexto, hoy quiero hablar de la herencia que nos dejó José Vasconcelos y los héroes de la educación.
Porque la cruzada que ha impulsado nuestro joven secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, con el cumplimiento de las leyes, me reconcilia con el gobierno y con el país.
Y es que, siempre he echado de menos que la defensa de la aplicación de la ley se haga con el mismo entusiasmo con el que anunciamos su presentación y su aprobación. A pesar de que aún tenemos la creencia de que las leyes nunca se cumplirán.
Ahora, lo que está haciendo el secretario con los maestros era necesario, porque si bien todos los países tienen sus mafias, sus malos y sus personas incumplidas, al final del día el Estado siempre debe ser más fuerte que cualquier otro poder o mafia.
Sin embargo, desde hace muchos años nosotros perdimos la batalla de la soberanía frente al ámbito social. Ya que transferimos el sentimiento de culpa y la responsabilidad social de la Revolución Mexicana para tener una especie de tutelaje y compra de los líderes sindicales, a fin de seguir abriendo el país a la economía y a la modernización.
Eso produjo un cambio en el papel que desempeñan los poderes, convirtiendo al Poder Federal en un rehén de los sindicatos. Por lo tanto, lograr en este momento que la autoridad recupere el lugar que le corresponde, es algo que debemos reconocer.
Sin duda, la política es el arte de lo posible. Y en ese sentido, así como están las cosas actualmente y dada la situación de inseguridad en la que vivimos, sería interesante proponer la creación de una gendarmería de maestros que viaje en compañía de elementos del Ejército y de la Policía Federal, a los estados en los que se vayan despidiendo a los maestros que incumplan con la ley.
Es una buena noticia que exista un secretario que se crea el Estado. Y, a su vez, es una obligación del Estado que los profesores estén en un sitio digno para que los niños aprendan cosas dignas.
Por lo tanto, para cumplir con ese objetivo el primer paso es hacer que las leyes se cumplan, y el segundo es ampliar la ley para poder cubrir las consecuencias de lo que estamos haciendo al defender al Estado.
Antonio Navalón
@antonio_navalon