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Opinion

Puntos sobre las ÍES

En España, el Congreso donde se designa al presidente y se conforma el gobierno, ha sido disuelto por el rey Felipe VI y ha convocado a nuevas elecciones para el 26 de junio, después de un paréntesis de cuatro meses.

En México, aprobar la ley y las medidas anticorrupción es tan vital como combatir la contingencia ambiental atmosférica. Porque ahora, en nuestro país la contingencia moral que existe ya es igual de grave. Y ojalá para eso tuviéramos un número de matrícula o algún elemento que distinguiera a los corruptos para que algunos días en función de esa contingencia ellos dejaran de circular.

En ese contexto, tanto en un país como en otro, cuando vemos que la Ley Anticorrupción no se aprueba y que después de cuatro meses, otros políticos no son capaces de ponerse de acuerdo para ejercer la política –que es el arte de lo posible– y formar un gobierno; inevitablemente terminamos por preguntar: ¿entonces para qué sirven los políticos?

Porque ahora tenemos que empezar a entender que la crisis política de nuestro tiempo se desprende de varios factores tales como la deshonestidad, la incapacidad y el poco sentido común. En donde las sociedades vamos comprendiendo cada vez más que no sólo es la hora de los independientes, sino que es momento de que los políticos con o sin partido, oficialistas u opositores, simplemente desempeñen la función para la cual les estamos pagamos.

Pero al mismo tiempo, no sólo tienen la obligación de aprobar las leyes y sobre todo de cumplirlas, sino que todos ellos deben mostrarnos con el ejemplo lo que está bien y lo que está mal.

Y es que, el hecho de que ahora en cada celular hay un equipo de investigación, que cada Twitter puede ser una editorial y que cada foto puede convertirse en una cadena de televisión, cambian radicalmente las apreciaciones que hemos tenido hasta este momento.

En ese sentido, somos unos pueblos con más opciones para rechazar lo que no nos gusta y para preguntarnos por qué a final de mes tenemos que pagarle a nuestros políticos. Situación en la que yo supongo que los españoles también empezarán a preguntar por qué razón los políticos que viven del presupuesto nacional, tanto aquí como allá, no desempeñan la labor que les corresponde.

¿Será suficiente con las condenas morales? Me temo que no. Porque ha llegado la hora en la que los políticos o sirven para algo o sencillamente las sociedades comenzaremos a desecharlos como hacemos con todo aquello que pagamos y no da el nivel ni la satisfacción que pretendemos recibir a cambio de todo el dinero que estamos destinando.

Antonio Navalón
@antonio_navalon 

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