Capital Estado de México

Opinion

Puntos sobre las ÍES

Antes las llamadas campañas negras eran muy diferentes. Como es bien sabido, el desarrollo de esas campañas significa ser más sucios de lo normal dentro de la sociedad política.

Ahora es difícil que existan campañas blancas, porque al final del día lo negro de estos tiempos no son precisamente las campañas, ni la forma en la que se usa la manipulación, ya que lo negro de hoy es lo que llevamos acumulado en nuestro comportamiento, que ahora en esta vida en la que nos tocó vivir resulta imposible ocultar.

En estos juegos sucios ahora se vive sucio
Pero además, en un país como el nuestro, en el que ya se fueron a descansar nuestros legisladores –a pesar de que aún no hay Ley Anticorrupción–cerrando el periodo ordinario de sesiones en San Lázaro; ya estamos observando en las campañas que la realidad puede ser peor que cualquier cosa que imaginemos y, aunque parece que nada está sucediendo, sutilmente todo está cambiando.

En ese sentido, todos aquellos que estén dirigiendo las campañas negras para acabar con uno de los símbolos de nuestra transición y de nuestra conformación como país –para bien y para mal– es decir, Televisa, saben muy bien lo que están haciendo.

Saben que en esta era donde la realidad es el mundo virtual, lo verdaderamente importante es soñar, porque ahora nadie tiene ni el número de palabras, ni la paciencia, ni el tiempo para explicar, más allá del titular que te agrede o del twitter que te sobrevuela, por qué razón las cosas están sucediendo de esta manera.

Sin embargo, de lo más interesante que podemos observar en este momento es que los crímenes de nuestra dirigencia política no sólo son las casas, los aviones, las edecanes, el abuso, la impunidad y el asesinato de nuestras esperanzas, sino sobre todo es aquel crimen que todos ellos comparten –independientemente del partido al que pertenezcan– que es el crimen de la vulgaridad.

Actualmente es muy difícil dormir, vivir, soñar e imaginar, siendo el país de los desaparecidos, siendo el país de los asesinatos, siendo el país de la guardería ABC y siendo el país de las contingencias. Donde pese a todo seguimos siendo el país donde ya nada nos sorprende, donde nada es noticia, salvo para hablar de alguna aprehensión o de un arraigo, pero no de una sentencia, porque sencillamente la aplicación de la justicia abandonó nuestra realidad y simplemente dejó de ser noticia.

Antonio Navalón
@antonio_navalon

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