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Opinion

Puntos sobre las ÍES

Mientras las campañas llegaban a su fin, en un proceso que ayer nos dejó claro que –mediante la elección de 12 gubernaturas– definirá gran parte del camino rumbo al 2018, el gobierno de Nuevo León, encabezado por “El Bronco”, anunció mediante su controvertido fiscal anticorrupción –Ernesto Canales– que se daría inicio al proceso penal en contra del anterior gobernador, Rodrigo Medina, y de sus colaboradores involucrados.

Las acusaciones que se le imputan están relacionadas con delitos patrimoniales, peculado y ejercicio indebido de funciones. Por lo que la Subprocuraduría Especializada en Combate a la Corrupción del estado anunció que se llevará a cabo el embargo de bienes y la apertura de un expediente que pone de manifiesto la primera muestra de todo lo que aún está por venir.

En algún momento “El Bronco” señaló que no le importaban las presiones para hacer justicia. Sino lo que realmente le importaba era lanzar una ofensiva que estuviera bien fundamentada y no sólo se quedara en un mero espectáculo mediático condicionado por los tiempos.

Ahora, lo sepa o no “El Bronco” –el único éxito de político independiente hasta el momento– ha sido una parte importante de este proceso electoral –aunque no le afectó directamente– ya que la figura de los independientes han llenado más las expectativas que otros candidatos durante una campaña que resultó ser tan mediocre.

A partir de esta situación y considerando que las cosas lleguen a estar bien hechas, se iniciará un camino sin retorno que no sólo afectará al gobierno neoleonés, sino que marcará la pauta en los cambios de poderes y en la situación que nos conducirá hasta el 2018.

Y es que, en estos tiempos el cáncer de la corrupción ya está destruyendo al conjunto de la clase política en todo el mundo. Donde casos como el de Argentina, Brasil, España y otros no son tan diferentes al nuestro, sólo que en esos países la guillotina de la responsabilidad por la corrupción ya ha comenzado a cortar cabezas hacia todas las direcciones.

En ese sentido, debemos seguir con mucha atención todo lo que sucederá. Donde el primero que no puede permitir que ese proceso no esté bien estructurado es el propio gobernador de Nuevo León. Y después están todos los socios que lo llevaron al poder y que fueron durante mucho tiempo enemigos declarados del ex gobernador Medina, quienes lo acusaron por motivos de corrupción.

Si todo eso se llega a comprobar será sólo el comienzo, pero para que eso suceda es necesario tener en cuenta que las condiciones y el tiempo transcurrido ya exigen que efectivamente el trabajo sea realmente impecable.

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