Coincido con algunos puntos de vista sobre la muy particular forma que tenemos los mexicanos de reinventarnos, de renacer o de hacer reingeniería con nuestras vidas y cosas. Un ejemplo de esto, en lo que coincido, es aquello de que no hay necesidad de cambiar todo, mucho menos cuando las cosa están funcionando…Así más o menos hemos ido armando un algo. Es eso que nos recuerda le dimos mate al pasado, pero aún conservamos la bonita tradición de seguirlo alimentando. Para ser más preciso, nos quejamos de la corrupción, pero a las primeras de cambio ofrecemos el de 200 para que nos “den el apoyo”, total jefe, nadie se dio cuenta y no lo volveré a hacer…Por supuesto, negaremos tajantemente se trate de corrupción pues es una forma de sobrevivir y además, yo nada más lo hago con 200 pesitos, pero qué tal los de arriba, esos sí mueven millones y no de pesos, sino de dólares. Como si la justificación nos llevara a una condición de vida muy independiente a la de aquellos que lo hacen con carretadas de dinero.
 
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen que el operativo para liberar de comerciantes informales la Plaza Ángel María Garibay, arrojó una serie de temas que podrían terminar en cuestiones, más concretamente en demandas por robo…Según explican algunos comerciantes, los guardianes del orden llegaron por la madrugada y a golpes de tolete y bota se llevaron mercancía, dinero y lo de valor que se pusiera en su camino. Hay quienes aseguran que las ventas habían estado muy bien y por ello guardaban hasta 50 mil pesos en el puesto. Otros más sólo se quejan de que les sustrajeron mercancía que oscila entre los 25 y 30 mil pesos. “Haiga sido como haiga sido” las denuncias ya se han presentado, sólo es cuestión de que se determine qué pasó. Nada más complicado, bueno eso dependerá de la celeridad con la que se lleven las diligencias y que no gane el “modo” vacación, porque si es así, entonces ya podemos pensar en esperar a que llegue la próxima administración para saber hasta dónde llegaron las cosas…Cierro pico. Shalom.