Hay veces que la terca realidad nos obliga a referirnos de manera reiterativa a un tema del amplio abanico social. Y no es que uno quiera abordarlo para crear una crítica fácil o a modo a las autoridades correspondientes, para nada, pero… La semana pasada la masacre fue en Texcaltitlán, aquí en el Estado de México, y el saldo hasta el momento es de catorce personas fallecidas, entre ellas, once integrantes del grupo criminal que extorsionaba de manera permanente a los campesinos.

Ahora las víctimas de la masacre en Salvatierra, Guanajuato, son doce jóvenes, cuyas edades van de los 18 a los 35 años. Ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se refirió a este último evento y además de calificarlo de “atroz”, dijo que fue por la complicidad de autoridades anteriores que solapaban la corrupción y complicidad con grupos de la delincuencia organizada. Empero, uno se pregunta, verdad, ¿Pues no que ellos se vendieron como la panacea contra todos los males que nos aquejaban?

Ahora toda la violencia la achacan a colusiones del pasado, pero ellos, López Obrador y todos los gobernadores emanados del Movimiento de Regeneración Nacional pecan de omisión e inutilidad ante grupos criminales, a los que enfrentan con “abrazos y no balazos”, mandando un mensaje de plena impunidad que asuelan a las comunidades en el sur del Estado de México y miles más en todo el país. La agenda de seguridad nacional quedará, una vez más, pendiente tras esta fallida administración.

Ayer, la gobernadora mexiquense Delfina Gómez Álvarez, participó en la XLIX Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública, la cual se llevó a cabo de manera virtual y fue encabezada por Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal. En esa sesión participaron gobernadoras y gobernadores de todo el país, secretarias y secretarios de Estado, que tomaron acuerdos para que la incidencia delictiva continúe a la baja.