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#Tintero Alejandro Moreno acaba e inhuma al PRI

 

Justo cuando uno piensa que ya no le puede ir más mal al Partido Revolucionario Institucional (PRI), su presidente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, demuestra lo inocente de unos y lo malvado de otros. El domingo pasado, en su 24 asamblea nacional, el campechano puso sobre la mesa lo que ya todo mundo veía venir, pero […]


Justo cuando uno piensa que ya no le puede ir más mal al Partido Revolucionario Institucional (PRI), su presidente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, demuestra lo inocente de unos y lo malvado de otros. El domingo pasado, en su 24 asamblea nacional, el campechano puso sobre la mesa lo que ya todo mundo veía venir, pero nadie se atrevió a evitar, el apropiamiento de un partido venido a menos y ya de plano en estado de inanición.

Sólo la maquiavélica mente de Moreno Cárdenas, podría elucubrar un plan tan siniestro para acabar con un partido que fue hasta cantera y cuna de todos los que hoy se cobijan en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido político propiedad del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Alejandro Moreno, busca permanecer hasta tres periodos de cuatro años en la dirigencia de un partido que durante casi un siglo rechazó la reelección de su presidente, secretario y comités.

Como decíamos, en su pasada 24 Asamblea Nacional Ordinaria se propuso una reforma que afecta el artículo 178 de los Estatutos del PRI, que prohibía la reelección de presidentes, secretarios y comités del partido. Empero, ahora podrán estar en esos cargos hasta por doce años, gracias a la permanencia de tres periodos consecutivos, lo que nunca antes había ocurrido en la historia del Revolucionario Institucional. Incluso, ahora, Alejandro Moreno rechazó el neoliberalismo y las “vacas sagradas”.

Yo creo que Moreno Cárdenas se mordió la lengua, porque el PRI hizo del neoliberalismo su leit motiv y él, con doce años consecutivos en la dirigencia nacional, no sólo será un “buey sagrado”, sino también un tótem intratable. Lo peor de todo es que no hubo un sólo priista que lo detuviera. Parece que todos quieren la desaparición de ese “viejito”, ya casi centenario que anda carburando sin aceite. Y como dijera ayer un prominente expriista que hasta su himno le compuso al partido: “mejor vámonos a desayunar”.