Terrible, en verdad, lo que está ocurriendo en Chilpancingo, Guerrero, donde a menos de una semana de haber asumido la nueva administración pública, dos funcionarios, incluido el propio presidente municipal, han sido asesinados por la delincuencia organizada. Lo peor es que tras el asesinato de su secretario general de Gobierno Francisco Tapia, el edil Alejandro Arcos había solicitado el apoyo de los gobiernos federal y estatal, pero nadie le oyó y hoy está muerto.

Apenas el viernes pasado, en entrevista televisiva, el alcalde de Chilpancingo había solicitado a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, que se reforzara tanto la seguridad de él, como la de su equipo tras el homicidio, en pleno centro del municipio, de Francisco Tapia, secretario general del ayuntamiento. Por desgracia, lo que ocurre a nivel municipal sólo es reflejo de lo que sucede a nivel nacional. El crimen organizado ya ha rebasado a todas las autoridades.

Esta expresión violenta del hampa no es privativa de aquel municipio y esa entidad, pues recordemos la racha de asesinatos que se registran desde hace varias semanas en Naucalpan de Juárez, aquí en el Estado de México, por la caída de un jefe delincuencial. Sin irnos más lejos recordemos también que fue asesinado el jefe de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad de Ciudad de México, Milton Morales Figueroa, por ello es importantísimo que los entes encargados de la seguridad pública estén muy bien coordinados.

Prurito: A propósito, la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) informó del incremento del 22% de participación en el programa Canje de Armas 2024 con respecto al año pasado. “Este anuncio confirma el compromiso de la población mexiquense en la construcción de un Estado de México más seguro y en paz. Con #ElPoderDeServir trabajamos en conjunto para la transformación del #EdoMéx”, señaló la gobernadora Delfina Gómez Álvarez en sus redes sociales.