Si de algo podemos preciarnos los mexiquenses, es del valiosísimo legado que nos han dejado las pasadas generaciones gracias a -entre otras cosas-, las prácticas de consolidar una buena política, acuerdos, respeto y unidad, que caracterizó al gobierno del ex gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Vélez. Así lo dejó en claro ayer, estimados todos, el secretario de Finanzas, Rodrigo Jarque Lira, quien además indicó que la actual administración estatal comparte el legado político de don Alfredo del Mazo Vélez.
Estas palabras se vertieron ayer durante la ceremonia conmemorativa por el CXIX Aniversario del Natalicio del ex gobernador mexiquense Alfredo del Mazo Vélez. En dicho evento Jarque Lira, dejó muy en claro que “ha sido un honor contribuir a tu legado y ser parte de la historia, una herencia de tres generaciones que han forjado al Estado de México del presente y del futuro, un legado que durará por siempre, porque la más alta responsabilidad que han compartido como mexiquenses Alfredo del Mazo Vélez y Alfredo del Mazo Maza, ha sido encabezar el corazón de México, el Estado de México.”
El secretario de Finanzas apuntó, queridos amigos que “A Del Mazo Vélez se le reconoce por el respeto a las reglas escritas y su éxito se fortalece a partir de su sociabilidad, el buen tacto y la empatía para lograr una cooperación constructiva.” Y ¿saben qué, estimados todos? esas mismas características las tiene nuestro hoy gobernador, Alfredo del Mazo Maza, quien a lo largo de estos seis años ha puesto en práctica la buena política, los acuerdos, el respeto y la unidad, a todos los niveles, locales y nacionales.
“Gracias por inspirarnos con ese liderazgo, le decimos gracias a la gran familia de servidores públicos del Estado de México por conducir con decisiones firmes y resultados fuertes los destinos de nuestra entidad”, dijo Rodrigo Jarque Lira, quien además señaló que la misión de vida del ex gobernador Del Mazo Vélez fue el trabajo y el compromiso, hombre que se dedicó a servir y construir, para sacar al país y al Estado de México de la posguerra, encaminando a la entidad hacia la modernidad y crecimiento económico con responsabilidad social y visión estadista. Ni hablar, honor a quien honor merece.