La semana pasada inició la campaña “Limpiemos Nuestro Edoméx” de la mano de la gobernadora Delfina Gómez. Se agradece, en verdad, el intento si no vano, sí útil, porque va en contracorriente con años de olvido y abandono en maridaje cruel con otros de incivilidad, dejadez y valemadrismo. Esto se explica solo, por ejemplo, con las obras de comunicación e infraestructura que gobiernos de los tres niveles realizan y dejan testimonios de desechos múltiples por doquier.
Me viene a la mente, por ejemplo, la súper carretera de paga realizada, precisamente, en Ecatepec y que tiene testimoniales terribles de dejadez, olvido y -decíamos líneas arriba- de valemadrismo por parte de constructoras y autoridades de los tres niveles. Esta es una muestra palmaria de cómo conviven obras modernas con escenarios de pobreza, olvido, suciedad y dejadez. Este ejemplo no viene solo, porque lo acompaña la otra súper carretera, también de paga, Naucalpan-Ecatepec.
Lo más triste de esto es que ambas vías conectan al aeropuerto Felipe Ángeles, obra emblemática de la administración federal saliente, y sean parte del muladar que hay en sus laderas. En esta última vía de cobro, hay que hacer notar, la constructora se comprometió a hacer mejoras en las colonias adyacentes y afectadas por las obras, pero sólo hacían lo mismo que el tío Lolo. Esos basureros que dejaron las constructoras son alimentados cotidianamente por malos ciudadanos que, cobijados por las sombras de la noche, tiran su basura donde se les antoja.
Decía al principio que se agradece la campaña de limpieza, porque tal vez levantar unas cuantas toneladas de basura sea de ayuda, pero… Urgen acciones de fondo, como obras de desazolve en ríos y cárcamos a lo largo y ancho de toda la entidad, porque el olvido muestra cada temporada de lluvias las terribles consecuencias. Ahí están los ejemplos de Chalco, Ecatepec, Neza, Tlalnepantla y varios municipios más.