Ayer, tal y como se preveía, la fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy Ramos, fue no ratificada por partidos de oposición que todo el fin de semana acusaron actos de intimidación, principalmente del Partido Revolucionario Institucional, cuyo secretario general en la CDMX fue detenido de manera gangsteril por policías de investigación de doña Ernestina para cumplir una orden de presentación, que no de aprehensión. También una diputada capitalina priista denunció, balearon su automóvil. ¿Habrá sido intimidación?
El jefe de Gobierno sustituto de la CDMX, Martí Batres Guadarrama, señaló que la no ratificación de Godoy Rangel fue venganza por haber descubierto al cártel inmobiliario donde todos los acusados (que curioso verdad) son de la oposición nada más. Se olvidó mencionar que el adiós a la señora Godoy fue, porque se olvidó de procurar justicia y tomó a la FGJCDMX como brazo represor para todos los opositores de Morena, tanto políticos como civiles. Así que hay que esperar la reacción del propietario del partido gobernante.
En corto: ayer la ministra del dedazo, del arrabal y la imposición (ah, y además hermana del jefe de Gobierno sustituto), Lenia Batres, se quejó de la carga de trabajo con que le dieron la bienvenida en la Suprema Corte. Tal vez creyó -como iba becada- literal, se la iba a pasar de a pechito criticando a sus pares y alabando los desfiguros, dislates y desvaríos mentales de su jefe nato. Ahora sé por qué el dicho aquel de que “cuando un morenista se queja, seguro es porque lo pusieron a trabajar”.
Prurito: la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, inició ayer un programa de regularización del transporte público mexiquense que -según ella- será moderno, eficiente, incluyente y seguro. Aseguró que los transportistas tendrán acceso a diferentes trámites subsidiados al 100 por ciento. Y, como lo hace cada nuevo gobernador a su llegada, aseguró que mejorará la seguridad para los usuarios del transporte público. Ojalá, porque los atracos a los usuarios siguen a la orden del día, y nadie hace nada.