Terrible inicio de sus diez últimos meses de gobierno ha tenido el “Presidente de todos los mexicanos”, Andrés Manuel López Obrador. Primero porque su títere, su esquirol, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, hizo tremendo oso al mostrar supina ignorancia sobre las más básicas leyes estatales y federales en materia legislativa y segundo, porque su trillada canaleta de “primero los pobres” está más desacreditado que sus declaraciones en la mañanera. Hasta lo que dijo AMLO ayer en su tribuna raya en ilegal e inmoral.
Ayer el colectivo de economistas de “México, Cómo Vamos” elaboró un documento de análisis sobre cómo inician los últimos diez meses de gobierno de AMLO y entre los puntos más graves destacan, por ejemplo, la desigualdad de oportunidades, ya que mientras las mujeres dedican 42 horas semanales a labores del hogar y de cuidados, los hombres sólo dedican 19 horas. Pero, hay una revelación impresionante para el “hombre de los otros datos”, el 37.3% de la población del país no puede adquirir la canasta básica. Sí, así como lo leyó.
Además, en 30 de las 32 entidades la tasa de informalidad laboral es mayor para mujeres que para hombres. Otro dato muy preocupante; en Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz más de la mitad de su población se encuentra en pobreza laboral en el tercer trimestre de este año. Chiapas presentó el mayor rezago educativo (31.1% de la población), mientras que CDMX el menor (9.7% de la población). Guerrero es la entidad con mayor rezago en progreso social en 2022, antes del impacto del huracán Otis. Ah, pero AMLO tiene otros datos.
PRURITO: Las Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz, permiten trabajar en estrategias y regresar la tranquilidad a familias, dijo ayer la gobernadora Delfina Gómez, al presidir la reunión número 55. A través de sus redes sociales, la mandataria estatal compartió; “El objetivo de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz es que trabajemos todos los implicados en garantizar la tranquilidad de las familias mexiquenses”, ojalá estas declaraciones tengan sustento, porque muchos mexiquenses aún se lamentan de los altos índices de violencia e inseguridad.