Dicen que “cada pueblo tiene el gobierno que merece”. Difiero, lo escogen unos, a los que cooptan con la entrega de programas sociales, y lo sufrimos todos. Entre ellos, quienes somos cautivos en el pago de impuestos. Es inicio de semana y nos llega el primer dislate del primer mandatario de la nación, que no acepta que le cambien ningún punto ni coma en sus propuestas y mucho menos que las critiquen. Ahora atacó de nuevo a la UNAM y sus expertos por atreverse a analizar su plan C. “Qué se tienen que meter”, dijo.
Al referirse al análisis que el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, hizo sobre su propuesta de 20 reformas constitucionales espetó que “la UNAM ya no es lo que era”. Y abundó: “Ayer, antier, estaba yo leyendo que salen los de la UNAM, claro con línea seguramente de los directivos a dar su opinión como expertos sobre las 20 reformas que estamos proponiendo”. Todo, sin el más mínimo reparo en dar validez a la crítica sana y constructiva.
A su entender, López Obrador reclamó a expertos de la UNAM por “meterse”, ya que publicaron un análisis de sus 20 reformas y criticó el modelo del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Y dijo: “No tengo en nada en contra del ITAM, pero es una educación para la defensa, fundamentalmente, de intereses personales y empresariales, por legítimos que sean. ¿Y dónde está el interés público? ¿Y dónde está el interés público, quién defiende el interés público? ¿Dónde está el derecho constitucional? ¿Dónde está el Derecho Agrario? ¿Dónde está el derecho laboral? No existe, lo acabaron”.
López Obrador, acusó que los expertos de la UNAM salieron, “con línea”, a dar su opinión. Y acusó como siempre, sin fundamento: “Son predecibles, pero les diría: ¿Qué se tienen que meter? Sí, claro, ahí es donde debe darse el debate, el análisis sobre la realidad para transformarla, todas las universidades tienen que meterse, pero inviten, escuchen a todos, no nada más los expertos, ya lo sabemos cómo opinan. Y dice que respeta la libertad de expresión y el derecho a disentir. Eh, qué tal si no.
