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Opinion

#Tintero Renuncia de Alejandra Del Moral, una vil traición

Con todo respeto, sí, entiendo los pleitos personales sean intensos, pero de ahí a que se hagan institucionales y se llegue al grado de la traición no sólo al expartido -en el que militó nada más 25 años-, sino también a los millones de personas que la apoyaron en el pasado proceso electoral por la gubernatura mexiquense, pinta muy bien -de los pies a la cabeza-, a Alejandra Del Moral Vela. Yo no sé si ustedes lo recuerden, pero el discurso político de la entonces candidata no era a su contrincante por la gubernatura, sino al inquilino de Palacio Nacional.

De ahí la extrañeza de este humilde servidor que interpreta esta puñalada trapera como la confirmación de que la pasada campaña electoral de la expriista Del Moral Vela, fue sólo una farsa para entregar la plaza (entiéndase la gubernatura mexiquense) a la oposición representada por Delfina Gómez y Morena, el partido propiedad del Presidente de la República. Decía que el discurso de la expriista no era contra Delfina sino contra el presidente López Obrador y su transformación de cuarta. Entonces, ¿cómo entender su renuncia y posterior postración a la continuidad que tanto criticó?

¿Dónde está la congruencia? ¿Dónde quedó la lealtad institucional? No hace mucho presumía foto con la candidata presidencial de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez Ruiz y ahora lo hace con la heredera del autoritarismo, Claudia Sheinbaum, quien la recibe igual que a todos los políticos apóstatas, vendidos, que no ven por la comunidad, sino sólo por sus intereses personales. ¿Qué entendemos con esta traición? Pues, como dijo Xóchitl “nunca trajo nada. No se lleva nada. No tuvo ni ganas de ganar”.

En este punto, permítanme recuperar un tuit del periodista Marco Levario Yurcot (@Arouet_V), y saquen ustedes sus propias conclusiones: “Así lo dije hace un año. Alfredo Del Mazo (@alfredodelmazo) y Alejandra del Moral (@AlejandraDMV) salvaron el pellejo a cambio de entregar el Estado de México. Y les llamé corruptos a los dos ppr un desfalco de cinco mil millones de pesos. Dentro de la oposición y sus redes sociales, pocos me creyeron. Más aún, me difamaron con que “lis tis hicindi il jigui i Mirini”. Al buen entendedor…

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