En el país donde erradicaron las masacres de golpe y porrazo, la realidad (esa brutal y perversa realidad que todos conocemos) se aferra en encarar a la narrativa oficial y se presenta desnuda, sin tapujos. Sin más ropaje que jirones de dolor y muerte de las víctimas de la delincuencia organizada. En menos de una semana, se registraron tres de estos fatídicos eventos que costaron la vida de 26 personas, incluyendo mujeres y niños emparentados. Nuestro estado, por desgracia, fue escenario de uno de esos actos.
El miércoles de la semana anterior se encontraron los restos mortales de once personas en un municipio de Guerrero, donde gobierna la morenista Evelyn Salgado. Eran los cuerpos desmembrados de cinco hombres, dos mujeres y cuatro menores de edad. La indignación creció, porque ese mismo día trascendió un video de la hija de Félix Salgado cantando a dúo “Si nos dejan” con el “Coque” Muñiz. La crítica no fue porque cantara tan mal las rancheras, sino porque privilegia el lucimiento personal a la seguridad del pueblo.
El sábado Querétaro, otrora uno de los estados más tranquilos y seguros del país, incrementó con diez decesos, los registros oficiales sobre víctimas mortales de grupos delincuenciales. Dicen que cuatro sicarios entraron a un restaurante-bar del Centro histórico queretano, abrieron fuego a diestra y siniestra. Aunque iban sólo por uno, arrebataron la existencia a diez comensales. Pero, qué les digo, un día después en un bar de Cuautitlán Izcalli se registró otra masacre casi idéntica, donde se registraron cinco personas asesinadas y siete más lesionadas.
Y aquí es donde yo me pregunto (Peña dixit) ¿Y dónde está el policía? ¿En qué andará “Batman” que no responde a la batiseñal? Se supone que lo han dotado de todos los pertrechos habidos y por haber para fortalecer la lucha (que no guerra) contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, pero nomás no ha dado ni una. Será que la continuidad de la estrategia de “abrazos y no balazos” confirma a los extorsionadores, rateros, asesinos y todos los integrantes de la cofradía de la delincuencia organizada que pueden seguir en las suyas. ¿Será?