San Antonio, Texas.- Es indudable que Donald Trump es el personaje que más atención acaparó alrededor del mundo durante al año que está por terminar.
El presidente estadounidense fue noticia desde el primer día de su presidencia, el 20 de enero pasado, cuando desde las escaleras del Capitolio, en Washington, asumió su cargo y pronunció un discurso que en vez de unir a sus compatriotas contribuyó a dividirlos aún más.
En su discurso inaugural, el neoyorquino se mostró como el individuo demagogo, populista y mentiroso que siempre ha sido.
Entre las primeras mentiras que dijo figura esta: “Estamos transfiriendo el poder desde Washington, DC y devolviéndoselo a ustedes, el pueblo”. Y fue una mentira porque tanto su gabinete como su equipo de colaboradores más cercanos está conformado por millonarios que nada en común tienen con el pueblo.
Más adelante, refiriéndose a la delincuencia que en algunas zonas del país ha aumentado sus actividades dijo, con mucha exageración: “Esta carnicería estadounidense se detiene aquí y se detiene en este momento”.
En fin, un discurso que los historiadores han calificado como uno de los inaugurarles más mediocres de la historia.
Al día siguiente de asumir el cargo se dio el primer escándalo de un gobierno plagado de escándalos cuando el nuevo presidente, a través de un tuit, aseguró falsamente que más personas asistieron a su evento en el Capitolio que las que estuvieron presentes ocho años antes para atestiguar la llegada de Barack Obama a la presidencia.
Ese mismo día la mayoría de los medios se encargaron de demostrar que más gente llegó a la inauguración de Obama que a la de Trump. De inmediato, el entonces secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, afirmó que eso era mentira y que más personas llegaron a ver a su jefe que al expresidente. Fue el inicio de un año en que Trump y los suyos se encargaron de crear un mundo de realidades alternativas para tratar de torcer los hechos, según conviniera a los intereses del presidente y su gobierno.
Durante lo que va del año Trump se encargó de aislar a su país del mundo. Primero retiró a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, luego del Acuerdo de París.
Hace unas semanas decidió reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, generando una nueva crisis internacional. Entre tanto, apoyó la salida de Reino Unido de la Unión Europea, a la candidata derechista a la presidencia francesa y a un presunto pedófilo que buscaba la senaduría por el estado de Alabama. Y para colmar el plato, aseguró que entre los neonazis, supremacistas blancos y miembros del Klu Klux Klan hay buenas personas.
A ver qué noticias genera Trump en 2018. Mucho me temo que serán muchas y no muy agradables o positivas para el mundo.
Trump fue la noticia constante en 2017
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