Durante 18 años escuchamos hasta el cansancio promesas disfrazadas de “buenas intenciones”, sustentadas en descalificaciones y mucha polarización, bajo el principio de “primero los pobres”, cierto movimiento llegó aparentando un cambio transformador, sin tener en cuenta que la reversa también es un cambio, hoy la realidad es muy distinta al progreso y el bienestar del que tanto hablan. Siempre excusados en repartir culpas a un pasado, que quizás no era perfecto, pero contaba con muchas áreas de oportunidad, si es que la voluntad y el amor al servicio público fueran la prioridad.
Una reconocida frase dice que: “los gobiernos no heredan problemas. Se supone que los conocen, por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir dichos problemas”. Pareciera que durante estos últimos 4 años se han olvidado de que ya son gobierno, mostrando que son expertos en la destrucción, así como un asteroide que convierte en cenizas y caos todo lo que impacta, como las Estancias Infantiles, espacios de atención y cuidado para niñas y niños, como la Escuelas de Tiempo Completo, los comedores comunitarios en los que tantas familias hacían en muchos casos su único alimento del día y qué decir de instituciones como el Seguro Popular, INDESOL, CONADIS, SIPINNA, DIF NACIONAL, entre otras que, bajo una supuesta austeridad, desaparecieron o simplemente no cuentan con los recursos para cumplir con su objetivo de ayudar a quienes más lo necesitan. De poco sirve una pensión, cuando las familias tienen que gastar su dinero en atender necesidades que el Estado debería proveer. Si a esto sumamos la crisis económica en la que 7 de cada 10 familias no tiene acceso a la canasta básica, el panorama es ATERRADOR.
Es tiempo de hacer un alto en el camino y unirnos en el profundo amor a nuestro país para fuerte y claro decir: YA BASTA.
Nuestro país no puede seguir en retroceso, más allá de promesas y discursos, es fundamental que el gobierno asuma la responsabilidad de trabajar y generar las condiciones para que los jóvenes cuenten con las herramientas para alcanzar sus metas, que las mujeres puedan salir de su casa sin miedo, contando con espacios de cuidado para sus hijos, que niñas y niños crezcan felices, teniendo acceso a una educación de calidad, nuestras hermanas y hermanos con discapacidad necesitan más que una beca, exigen inclusión y piso parejo para su desarrollo, las y los adultos mayores merecen una vejez digna con atención médica de calidad, definitivamente un México en paz se construye a partir de las oportunidades de crecimiento para todas y todos.
Tenemos en nuestras manos el timón para cambiar el rumbo, no podemos ser indiferentes y permitir que ese asteroide continúe eliminando todo lo que encuentra a su paso, regresémosle la dignidad a la palabra esperanza, definitivamente un México mejor es posible en unidad y trabajo conjunto, lo que está en juego no es el poder, lo que está en juego es el país. ¿Y tú, qué país le quieres heredar a tus hijos?
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