La organización El Poder del Consumidor anunció que interpondrá una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por violación y omisiones al derecho a la salud, a la información y a los derechos de la infancia mexicana.
Según los activistas, la queja señala la presencia de un ambiente obesigénico que afecta de manera directa a los niños, debido a que, por medio de la publicidad de alimentos y bebidas no saludables y la ausencia de adecuadas etiquetas orientadoras, se promueven el sobrepeso y la obesidad.
En conferencia de prensa, Alejandro Calvillo, director de la agrupación civil, afirmó que las acciones del Estado mexicano violentan derechos de los ciudadanos.
“Como lo demuestran diversos estudios y documentos, el diseño de estas políticas como el etiquetado frontal y la regulación de la publicidad dirigida a la infancia fueron capturadas por la propia industria de alimentos y bebidas, así como la regulación para el expendio de alimentos y bebidas, que no se ha puesto en marcha en la mayoría de las escuelas a tres años de su promulgación”, afirmó.
Representantes de El Poder del Consumidor insistieron en que la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes (ENSOD), muestra deficiencias en cuestiones de regulación sanitaria, que violan el derecho de los infantes a ser protegidos contra información y material que perjudiquen su salud física.
La organización presentó resultados de un estudio realizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), los cuales indican la presencia de publicidad de productos dañinos en horarios y programas televisivos con elevada audiencia infantil.
Asimismo, indicó que la estrategia no establece regulaciones específicas para otros canales de información, tales como la radio, el Internet, los videojuegos y los dispositivos móviles, que también gozan de popularidad entre el público infantil. Denunciaron también que la normatividad no impide la aparición de celebridades, personajes atractivos para los menores y la entrega de premios y promociones para incentivar el consumo por parte de los menores.
La agrupación consideró también que las etiquetas frontales en los productos alimenticios no cumplen con los estándares recomendados por organizaciones internacionales y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la ENSOD.
Según los representantes de la organización, un estudio demostró que estudiantes de nutrición fueron incapaces de interpretar las etiquetas que actualmente se encuentran en los productos del mercado mexicano, además de que los criterios de azúcar utilizados en el proceso representan riesgos a la salud.
Dijeron que, aunque existe la prohibición de ciertos artículos en las escuelas, dicha medida no se ha puesto en marcha por falta de capacitación y seguimiento.
Los activistas denunciaron que ni la Secretaría de Educación Pública, ni la Secretaría de Educación de la Ciudad de México proporcionaron información sobre acciones para regular la venta de comida chatarra y bebidas azucaradas en escuelas y, al declararse incompetentes en el tema, es claro que no existe autoridad que verifique el cumplimiento de la normatividad relacionada.