SEATTLE (AP) — Inyecciones mensuales de fármacos contra el VIH funcionaron tan bien como las píldoras diarias para controlar el virus que causa el sida en dos grandes estudios internacionales, dijeron estudiosos el jueves.
Si son aprobadas por los reguladores en Estados Unidos y Europa, las inyecciones serían una nueva opción para las personas con VIH y pudieran ayudar a algunos a mantener tratamiento. En lugar de tener que acordarse de tomar píldoras, los pacientes tendrían que recibir sus inyecciones mensuales de un médico o una enfermera.
“Algunas personas estarán felices” con la conveniencia, dijo Mitchell Warren, director ejecutivo de AVAC, un grupo de activismo sobre sida.
Los condones siguen siendo la forma más ampliamente disponible y barata de prevenir la transmisión del VIH. Las píldoras diarias pueden mantener los niveles del virus bajos para que no sea transmisible a compañeros sexuales, pero no todos los pacientes las toman como se prescribe.
Las inyecciones pueden mejorar la adherencia al tratamiento, ayudando quizás a aquellos que tienen problemas para acordarse diariamente de tomar las píldoras para controlar la infección.
Existen otros beneficios potenciales. Recibir inyecciones en una clínica lleva a más privacidad para pacientes preocupados por el estigma de presentar las prescripciones en una farmacia, dijo la doctora Susan Swindells, del Centro Médico de la Universidad de Nebraska en Omaha, que presentó los resultados el jueves en una conferencia de VIH en Seattle.
El costo será importante para “asegurarse de que todo el mundo tiene acceso a este medicamento”, dijo el doctor Hyman Scott, del Departamento de Salud Pública de San Francisco, que no fue parte del estudio. No está claro cuánto costarían las inyecciones. Las píldoras de VIH pueden costarle a un paciente miles de dólares al mes, dependiendo de la combinación de fármacos, su seguro médico, rebajas y descuentos.
Y existen preocupaciones sobre la posibilidad de que un paciente se pierda una inyección mensual, lo que pudiera llevar a una variante del virus resistente a los fármacos. Será “una buena opción para alguna gente”, dijo Scott.
Las inyecciones son una combinación de dos fármacos contra el VIH _ rilpivirine, producida por Janssen y una droga experimental conocida como cabotegravir, producida por ViiV Healthcare, que pagó por el estudio. Los productores han solicitado aprobación en Estados Unidos y Europa.
Un estudio tuvo la participación de 616 personas que estaban tomando píldoras para controlar la infección. El otro involucró a 566 personas que no habían comenzado tratamiento y por ello recibieron las píldoras inicialmente para controlar la infección.