México, 26 Abr (Notimex).- En el verano de 2003 una ola de calor dejó más de 20 mil muertos en Europa y en el 2010 temperaturas extremas de más de 37 grados centígrados causaron la muerte de más de 50 mil personas en Rusia.
Cuando el cuerpo humano alcanza una temperatura de 39 a 41 grados, las personas expuestas al calor intenso pierden la capacidad de sudar y de poder regular su organismo.
Esto se conoce como golpe de calor provocado por el medio ambiente, aunque también existe el que se produce por hacer ejercicio intenso sin estar bien hidratado, dijo en entrevista el médico Rodrigo Durán Muñiz.
El primer síntoma que aparece es la sed, la cual indica que el cuerpo está perdiendo agua y empieza a deshidratarse.
“Conforme aumenta la temperatura, el riesgo de un golpe de calor es mayor y aparecen otros síntomas como mareo, confusión mental, calambres y debilidad muscular, los cuales si no se atienden de inmediato pueden hacer que la persona pierda el conocimiento, caiga en coma e incluso fallezca”, subrayó.
Mientras que Antonio Leyva Islas, jefe del Servicio de Nutrición del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), señaló que someterse a altas temperaturas puede causar daños al cerebro, corazón, riñones y músculos.
Las personas con enfermedad cardiaca o pulmonar pueden tener síntomas con temperatura corporal menor a 40 grados centígrados pudiéndose presentar náuseas, vómito, piel enrojecida y respiración acelerada, ya que el organismo trata de enfriar el cuerpo y lo hace a través de la respiración y sobre todo los vasos sanguíneos.
El médico explicó que la piel funciona como “un radiador”, parecido al de los carros, y los vasos se abren para tratar de perder calor, lo cual implica que el corazón lata más rápido.
Los niños menores de cinco años y los adultos mayores de 60 años son los grupos con mayor riesgo cuando hay “golpe de calor” porque pierden estabilidad para regular la temperatura corporal.
Otro grupo que requiere mayor vigilancia son los pacientes que toman diuréticos, medicamentos para el corazón y las personas con problemas mentales y crisis convulsivas.
Ante un “golpe de calor” se recomienda quitar a las personas de la exposición de los rayos solares, ponerlos a la sombra, incluso meterlos a una bañera o ducharlos con agua fría.
Colocarles compresas frías o hielos en la espalda, axilas y regiones inguinales para tratar así de bajar la elevada temperatura corporal y checar con un termómetro que vaya a la baja.
Si no hay mejoría se debe acudir inmediatamente a un centro hospitalario ya que el daño puede llevar a la muerte a la persona afectada, como ha sucedido en varios países, mencionó Leyva Islas.
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