CHICAGO (AP) — Unas tomografías cerebrales de avanzada realizadas a diplomáticos estadounidenses que se enfermaron después de trabajar en Cuba muestran diferencias desconcertantes en las víctimas, que afirman que desarrollaron síntomas similares a los de una conmoción cerebral, un hallazgo que aumenta el misterio de lo que pudo haberles ocurrido, dice un estudio reciente.
Los cerebros de los diplomáticos tienen menos materia blanca que los de un grupo de personas saludables usadas como referencia, dicen los expertos. También detectaron otras diferencias estructurales.
Si bien los expertos anticipaban alteraciones en el cerebelo (en la parte inferior del cerebro) debido a los síntomas reportados por los diplomáticos _problemas de equilibrio, insomnio, dificultad para concentrarse y jaquecas_ hallaron patrones comunes en los tejidos que vinculan a una región del cerebro con otra.
Ragini Verma, experta en tomografías del cerebro para la Universidad de Pensilvania y la principal autora del estudio, dijo que las afecciones que vio son distintas a cualquier otra que haya visto en cerebros atrofiados o lesionados.
“Es muy extraño, es un verdadero misterio médico”, afirmó la especialista.
El doctor Randel Swanson, coautor del artículo, expresó que “no cabe duda de que algo ocurrió” pero que las tomografías no lograron esclarecerlo.
Un experto ajeno al estudio, el neurólogo de la Universidad de Edinburgh Jon Stone, declaró que las tomografías no confirman daño al cerebro ni demuestran que las discrepancias entre los cerebros se deben a las experiencias que los diplomáticos experimentaron en Cuba.
Cuba ha negado que se haya tratado de un ataque, pero el episodio ha tensado las relaciones con Estados Unidos.
Los resultados fueron publicados el martes en la revista especializada Journal of the American Medical Association. Un editorial que acompaña el artículo dice que el estudio podría ayudar a comprender los síntomas reportados, pero que no quedan claras las razones de las diferencias entre los cerebros.
En un comunicado, el Departamento de Estado dijo que “está al tanto del estudio y que agradece toda discusión de la comunidad médica sobre este tema tan complejo. La máxima prioridad del Departamento sigue siendo la seguridad y el bienestar de su personal”.
Entre fines de 2016 y mayo de 2018, varios diplomáticos estadounidenses y canadienses en La Habana se quejaron de problemas de salud de causas desconocidas. Un cálculo oficial estadounidense situó en 26 el número de personas de Estados Unidos afectadas.
Algunos reportaron escuchar sonidos de alta frecuencia como de grillos aun cuando estaban en sus casas o habitaciones de hotel, lo que llevó a sospechas de que se trató de un ataque sónico.
The Associated Press investigó y halló que un reporte preliminar del FBI no halló evidencia alguna de que los daños hayan sido causados por ondas sonoras.
Decenas de diplomáticos estadounidenses, familiares y otros empleados pidieron ser sometidos a exámenes. El nuevo estudio abarca a 40 de ellos que fueron examinados en la Universidad de Pensilvania. Las tomografías más avanzadas, con resonancia magnética, hallaron discrepancias en los cerebros de los diplomáticos en comparación con los cerebros de 48 personas saludables de cuadros similares, tanto etario como étnico.
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