La Navidad es una fiesta religiosa que genera encuentros entre amigos y familiares, pero también puede producir estrés y gastos en exceso por los regalos de la temporada.
En la revista especializada Psychology Today, el psicólogo Ben Fletcher explica que comprar regalos para las fiestas navideñas se relaciona con una cuestión cultural y una necesidad de reforzar lazos sociales, pues obsequiar algo material es considerado una muestra de afecto hacia los seres queridos.
Los efectos de regalar y recibir también pueden mostrarse en quien efectúa la compra, porque una cuarta parte de los participantes de una encuesta expresó haberse sentido ansioso por saber cuál iba a ser la reacción del destinatario del presente, de acuerdo con Fletcher.
¿Cómo inició la tradición?
Algunos historiadores cuentan que el origen del intercambio de regalos se remonta a la antigua Roma, donde antes de que se celebrara la Navidad, se llevaba a cabo la fiesta de Saturnalia, entre el 17 y el 24 de diciembre.
Se dice que la tradición de entregar un regalo a las personas queridas en Navidad tiene su origen en esta fiesta romana, aunque algunos relacionan los regalos con los obsequios de los Reyes Magos a Jesús con el el oro, el incienso y la mirra que llevaron al portal de Belén.
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