La gran superficie marina que tiene México permite que arribe una gran cantidad de especies, incluso los ejemplares marinos más grandes del mundo, lo que hace al país un ejemplo de biodiversidad protegida.
Y es que, el territorio marino mexicano resulta ser 1.5 veces más grande que la superficie terrestre, indicó el titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Alejandro del Mazo Maza.
“No por nada, México comparte con el planeta cerca de 44 cetáceos entre ballenas dentadas y barbadas, que migran al país aprovechando las bondades climáticas que brinda el territorio nacional”, subrayó.
El funcionario enfatizó que estas especies migrantes se encuentran bajo un resguardo sin igual que ha convertido a México en un ejemplo en materia de Áreas Naturales Protegidas (ANP).
Un ejemplo de estas especies, reveló Del Mazo Maza, es el mamífero más grande del mundo: la ballena azul, que viene prácticamente desde Alaska para introducirse al Golfo de California en el Área Natural Protegida de Loreto.
Lo mismo ocurre con el denominado pez más grande del mundo, el tiburón ballena, que se puede encontrar en las costas del Pacífico y del Caribe, señaló.
En entrevista con Notimex, resaltó que también está la ballena gris, que de igual forma regresa a una de sus áreas natales en Ojo de Liebre y Laguna San Ignacio, en la reserva del Vizcaíno, y que hacen las delicias de los turistas que acuden para verlas llegar y tocarlas.
Con ello, se desmitifica la imagen que llevó a este mamífero a ser llamado “Pez Diablo”, comentó Steven Swarts, investigador de la National Marine Fisheries Service, quien lleva 40 años estudiando al cetáceo.
Este animal resulta ser uno de los más nobles y amigables, aunque no hay que descartar su bravura, que lo llevó a recibir dicho apodo por hundir a los balleneros cuando en otros tiempos solían cazarlos.
Finalmente, tenemos a las tortugas, de las que México tiene la dicha de contar con la presencia de seis de las siete especies del mundo, por lo que en pocas palabras se puede decir que “México es un país tortuguero”, afirmó Del Mazo Maza.
Conocer la biodiversidad
Al reconocer que cuenta con esta gran riqueza marina, México enfocó sus esfuerzos para garantizar que tanto las especies endémicas como las que migran al país, cuenten con la garantía de poder reproducirse y vivir dignamente.
Un ejemplo de los resultados positivos de todos estos esfuerzos es el crecimiento de la superficie de ANP, la cual se duplicó durante la actual administración, según Del Mazo Maza.
“Pasamos de 25 millones de hectáreas protegidas a más de 65 millones en diciembre de 2016, al incluir toda la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano, un área de 5.7 millones de hectáreas”, apuntó.
El objetivo es “proteger especies marinas y el sistema arrecifal mesoamericano que compartimos junto con Guatemala, Honduras y Belice”, en beneficio de por lo menos 83 especies de corales, destacó el titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Estas medidas han permitido que durante la presente temporada se duplique el número de ejemplares de ballena azul presentes en el país, al contabilizarse 20.
Lo mismo ocurrió con la ballena gris, cuya población visitante llegó a ser de más de mil 500 individuos en la Laguna Ojo de Liebre, e incluso se desplazó a otros sitios al sur de Baja California Sur.
Los ejemplares mexicanos de esta especie resultan estar en mejores condiciones que la población que acude a costas asiáticas, cerca de Japón o Rusia, donde está en peligro de extinción, comentó.
De igual forma destaca la labor por proteger a la tortuga marina, que registró 900 mil ejemplares que han arribado al país para anidar durante la presente temporada.