Las personas ocupadas que tienen una mayor instrucción académica tienen interés en buscar un empleo adicional, en comparación con aquellas con menor nivel de estudios, según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con Marcos Chávez, economista de El Colegio de México, el significado de una mayor demanda de empleo entre profesionistas o personas con mayor nivel de estudios tiene dos vertientes, en primer lugar, refleja una mayor capacidad para desarrollar sus aptitudes en su área de conocimiento y, en consecuencia, obtener mayores ingresos.
Al cierre del primer trimestre del año, la población subocupada, es decir, los trabajadores que dijeron tener necesidad y disponibilidad para laborar más horas, representó 6.5 por ciento de la población ocupada, esto significó alrededor de 3.6 millones de personas.
De acuerdo con las estadísticas, el personal ocupado con estudios de preparatoria y universidad, suma aproximadamente 948 mil trabajadores y representa a una de cada cuatro personas en busca de un empleo adicional, dato que, aunque se moderó respecto a enero-marzo de 2016, mantiene los niveles previos a la crisis global de 2008-2009.
Por otro lado, dijo Chávez, la búsqueda de otra actividad laboral también refleja una incapacidad de los ingresos que recibe, considerando que la razón de la subocupación sea una consecuencia de la debilidad de sus remuneraciones.
Bajo este esquema, consideró, se corre el riesgo de que esos trabajadores calificados no exploten al ciento por ciento sus capacidades en su empleo y se muden a otras actividades no profesionales.
Para María Fernanda Fonseca, directora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, la debilidad que puede presentarse por no participar articuladamente, en una actividad laboral genera presiones en la productividad a escala nacional.
Agregó que es necesario buscar que se incrementen los niveles de inversión en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías.