CARACAS (AP) — El gobierno venezolano ordenó el miércoles la expulsión del embajador de Alemania en Caracas y le dio 48 horas para abandonar el país, lo que podría deteriorar aún más la relación entre Venezuela y la Unión Europea, que ha dado un abierto respaldo al líder opositor Juan Guaidó.
La cancillería venezolana indicó en un comunicado que decidió declarar persona no grata al diplomático Daniel Kriener por sus “recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos”.
“Venezuela considera inaceptable que un representante diplomático extranjero ejerza en su territorio un rol público más propio de un dirigente político en clara alineación con la agenda de conspiración de sectores extremistas de la oposición”, indicó el escrito que señaló a Kriener, que arribó el año pasado a Caracas, de contravenir las normas de las relaciones diplomáticas.
La orden se produjo dos días después de que Kriener acudiera junto con otros colegas de Chile, Estados Unidos, Rumania, Argentina, Canadá, Brasil, Perú, Ecuador, Francia, España, Países Bajos y Portugal al aeropuerto internacional Simón Bolívar para presenciar la llegada al país de Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional, tras una gira de más de una semana que realizó por Sudamérica.
La decisión del gobierno venezolano fue rechazada por Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países, quien afirmó que la administración de Nicolás Maduro no tiene autoridad para declarar al diplomático persona no grata y acusó al gobierno de “ejercer coacción” y amenazar a Alemania por ayudar al Congreso venezolano en la operación de ayuda humanitaria internacional.
El ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, consideró como “incompresible” la medida de Venezuela y dijo en un comunicado que eso “agrava la situación”. Además afirmó que el apoyo de Europa a Guaidó no será interrumpido.
Kriener fue llamado a consultas en Berlín, precisó el ministro.
La medida contra el embajador alemán es la segunda que se da a menos de dos semanas contra un personal diplomático destacado en Venezuela. En medio de las tensiones generadas el 23 de febrero en la frontera con Colombia durante el fracasado intento por ingresar ayuda humanitaria internacional, Maduro rompió relaciones con Bogotá en rechazo al supuesto uso del territorio colombiano para agredir a Venezuela y dio 24 horas al personal diplomático de ese país para que abandonara el territorio venezolano.
La crisis venezolana afecta de manera directa a Colombia debido a que la situación obliga a miles de venezolanos a cruzar diariamente hacia el país vecino.
El mismo miércoles, el presidente colombiano Iván Duque –quien continuamente reitera su apoyo a Guaidó– dijo en una cumbre de alcaldes en la ciudad de Cartagena que “la crisis migratoria no empezó ahora, no empezó el 23, no empezó hace seis meses. Lleva más de un año y medio, casi dos años y medio, profundizándose y es importante que digamos las cosas”.
“Nosotros habíamos recibido casi 1.2 millones de migrantes en menos de dos años y ese tema no estaba sobre la mesa”, agregó el mandatario, quien insistió en considerar la magnitud de la crisis en la región. Según Duque, hasta ahora se ha intentado afrontar la crisis con “fraternidad y atención”, pero a la vez se sabe la cauda de este problema: “la dictadura y la persecución de un pueblo que está muriendo de hambre, que está padeciendo todos los males”.
Alemania, junto a otros países de la Unión Europea y Estados Unidos, ha mantenido un rol muy activo durante la escalada de la crisis venezolana y es uno de los 50 países que reconocen a Guaidó como presidente interino.
Kriener participó, junto con otros diplomáticos europeos, en reuniones en la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, y en un encuentro en enero en el palacio presidencial con Maduro.
Como una “decisión equivocada” consideró Félix Arellano, profesor de la estatal Universidad Central de Venezuela, la medida contra el diplomático alemán. Arellano dijo a AP que con estas acciones el gobierno de Maduro se aísla aún más internacionalmente y agrava la situación del país.
Arellano indicó que es muy posible que la expulsión del diplomático alemán lleve a la Unión Europea a revisar de nuevo su posición frente al gobierno de Maduro.
Al ser consultado por la razón por la que las autoridades decidieron actuar contra Kriener y no hicieron nada en el caso Guaidó al arribar a Venezuela, a pesar de que tenía prohibido salir del país, el académico dijo que Maduro está “tratando de mantener un mínimo juego con la oposición”.
“Pareciera que en el fondo sí quieren algún mínimo de negociación que le de algún oxígeno”, agregó.
En tanto, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, lanzó el miércoles una advertencia a las instituciones financieras extranjeras de que “enfrentarán sanciones” por participar en la facilitación de “transacciones ilegítimas” que beneficien a Maduro.
Bolton dijo en un comunicado que Washington está llevando a cabo varias iniciativas diplomáticas y económicas nuevas para apoyar la transición democrática en Venezuela.
El pronunciamiento de Bolton se da luego de la difusión de algunas versiones de prensa que señalan que el gobierno de Maduro estaría recurriendo a la venta de lingotes de oro para financiarse y poder evadir las fuertes sanciones económicas que le impuso Estados Unidos para presionar la salida del poder del mandatario venezolano.
A su vez, el vicepresidente Mike Pence dijo el mismo día que Estados Unidos revocará 77 visas de funcionarios leales a Maduro y sus familias. “Ha llegado el momento para liberar a Venezuela de Cuba”, dijo Pence durante un discurso que pronunció durante un evento de Latino Coalition, una organización conservadora de empresarios hispanos.
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Los periodistas de AP Christopher Torchia, Jorge Rueda, Luis Alonso Lugo, Geir Moulson y César García contribuyeron a este despacho desde Caracas, Washington, Berlín y Bogotá.