La talla en hueso es una de las formas de expresión más antiguas en el mundo, hay muestra de que los antepasados los preparaban como herramientas para la cacería, pero también como algunos artefactos de ornamento personal.
Con el paso del tiempo, se ha utilizado para crear obras de arte, ya que se realiza el tallado con precisión y cuidado tal que ahora se muestra en las piezas miniatura que representan tradiciones.
Esta labor artesanal, que exige creatividad, imaginación y destreza, encuentra en los hermanos Abraham y José Manuel Ruiz Salazar, originarios de Nezahualcóyotl, una forma de vida, de expresión y de hacer prevalecer el patrimonio cultural de la entidad.
Su cercanía a este maravilloso arte empezó desde niños, su padre les enseñó las técnicas que ellos fueron desarrollando y les imprimieron creatividad y destreza; actualmente elaboran sus propias piezas con múltiples reconocimientos por el arte de la escultura miniatura.
José Manuel comentó que inició a la edad de ocho años, “yo me doy cuenta que tengo la necesidad y una ansiedad de trabajar el material, viendo tallar a mi padre, calaveras, catrinas, ángeles, así es como yo entro de lleno a este trabajo”.
“El recuerdo más presente, es de cuando tenía aproximadamente tres años, me despertó un ruido y voy hacia el estudio-taller de mi padre, veo que está ahí sentado en el restirador, me doy cuenta de que el ruido era de un motor que tenía en sus manos, me subí a un banco para ver y me recibe el rostro de un ser que tenía cuernos y una lengua saliendo, con una vista impresionante, era un diablo”, afirmó Abraham.
Herederos del legado de su padre, Don Roberto Ruiz, icono de la talla en hueso en México, los hermanos diseñan y trabajan el fémur de res, que es el más grande, lo limpian y acuden a un proceso de cocción, previamente visualizan con su imaginación lo que van a plasmar y empiezan a tallar rostros de diablos, vírgenes, ángeles, nacimientos, catrinas y personajes oaxaqueños.
Por ello, y a pocos días de celebrar el día de las y los artesanos, el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) invita a conocer y valorar el trabajo de la familia Ruiz Salazar.
Sus obras son un trabajo único ya que están alejadas de la industrialización, contienen y reflejan la identidad de los pueblos y regiones del territorio estatal; gracias al fino movimiento de sus manos y con la ayuda de algunas herramientas como pulidoras y taladros, ellos proyectan su sentir también.
Su trabajo minucioso permite la creación de piezas que van de los cuatro a los 12 centímetros de alto, aunque también han realizado piezas como un cristo tridimensional que midió más de un metro y su tiempo de elaboración fue de un año y medio.
Su dedicación y amor los han llevado a ser reconocidos en concursos estatales y nacionales, acreditándolos como grandes maestros y representantes del arte popular mexicano y mexiquense.
“Ser artesano es tener conciencia, pasión, habilidad, raíces y la verdad si yo volviera a nacer o volviera a retornar en otra vida, créanme que volvería a ser artesano”, compartió con orgullo José Manuel.
“Para ser artesano tienes que haber nacido con un don, con algo especial, para elaborar en su material cosas impresionantes, sublimes y exquisitas”, dijo Abraham.
Ambos invitan a que se acerquen a los maestros artesanos mexiquenses para que valoren el trabajo que realizan y queden maravillados de las obras, que conozcan las técnicas y materias primas con las que se trabajan las artesanías
Para adquirir una de estas obras, puede hacerlo en las tiendas artesanales Casart, ubicadas en distintos municipios, o bien a través de plataformas digitales comohttps://iifaem.edomex.gob.mx/catalogo_artesanal, y en la aplicación de WhatsApp, enviando un mensaje al 722-148-6220.